jueves, 3 de junio de 2010

El niño lobo de Aveyron. Autor: Sergio Meza O.

I.- A modo de presentación.
Se ha dicho que, una vez puesta la mano sobre el arado, no es posible volver la vista atrás, so pena de volverse estatuas de sal. El mito nos insinúa – una vez más – que salidos del bosque-útero materno ya no es posible volver a él, aunque, a veces, se sienta nostalgia del olor a tierra mojada bajo la lluvia y se mire hipnóticamente la luna llena sobre la cordillera. Parecería que echamos de menos algo, que existe nostalgia de una totalidad y seguridad insondablemente perdida en este proceso...del lobo al niño...del niño al hombre...del hombre al loco...[¿del loco al superhombre? ] (1). Con la esperanza que en este proceso hayamos ganado algo]. (2)

Algo de esto queremos reflexionar en este trabajo. Acerca de nuestra condición de seres humanos salidos del bosque, como niños lobos; convertidos, cada vez más, en lobos locos, en ciudades contaminadas y enajenadas. El caso de Víctor, el salvaje de Aveyron y su relación con Jean Itard nos parece paradigmática y un buen punto de partida.

I.1.- Temática:
Este caso nos cuestiona entrañablemente, planteándonos algunas preguntas. Por lo que queremos avanzar en dos direcciones problemáticas, que indudablemente se interconectan y retroalimentan recíprocamente:
(i) Primer niño loco y último niño lobo. Primero, es la pregunta por la naturaleza de lo humano, por la condición de sujeto y la (supuesta) división entre el estado de naturaleza y el estado de cultura. En su base se encuentra la discusión filosófica-antropológica-sociológica-psicológica que desemboca en todo el proyecto médico-filosófico que se denominó la Paidopsiquiatría.
(ii) Alfa y omega del lobo loco. Segundo, es la pregunta, en un momento histórico determinado, por el tratamiento del sujeto. Esto implica una posición normalizadora-pedagógica. En su base se encuentra el proceso de socialización y normalización ideológica, que desemboca en el proyecto médico-pedagógico para la Paidopsiquiatría. (3)


I.2.- Metodología.
Es importante señalar nuestra orientación metodológica, puesto que no considerarla puede producir malos entendidos en la lectura del informe. Intentamos utilizar el método dialéctico que “asume que el objeto se constituye precisamente por una mutua negación de polos, y que esto ocurre en un proceso histórico (...) se parte del presupuesto de que persona y sociedad no simplemente interactúan como algo constituido, sino que se constituyen mutuamente y, por consiguiente, que negándose uno y otro, se afirman como tales (...) La acción humana es por naturaleza ideológica (...) [por ello] cada acción concreta, simultáneamente plasma y configura ambas realidades: sociedad y persona”. (4)

Es interesante considerar, desde esta orientación metodológica, que los fenómenos estudiados se desenvuelven en un doble proceso, a dos niveles: ontogenético, es decir, el crecimiento del individuo reprimido desde la primera infancia hasta su existencia social conciente; y filogenético, es decir, el crecimiento de la civilización represiva desde la horda original hasta el estado civilizado totalmente constituido. (5)

Consideramos estas orientaciones para evitar realizar un análisis funcional positivista de la relación Víctor – Itard. No queremos utilizar el “esquema anatómico – clínico clásico, es decir: síntoma + etiología= diagnóstico [de ahí] pronóstico y tratamiento” (6), lo que consideraría tomar los pasajes de la película como cosas (hechos sociales) (7) o síntomas que nos sirvan para explicar mecánicamente un fenómeno. Al contrario, queremos que nos ayuden para iluminar un proceso, que de suyo, es mucho más complejo y que no se agota ahí. Sabemos que, por las características del tema, pecamos de generalidad en ciertos ámbitos; pero, por lo reducido del ensayo realizamos un esfuerzo de síntesis. Sin embargo, consideramos que la inclusión de diferentes niveles de análisis lo enriquece sustancialmente.

Otras salvedades, por la naturaleza del trabajo y por lo expuesto anteriormente, esperamos que las analogías y metáforas usadas sean consideradas como tales. Tenemos conciencia que hemos ocupado transgresoramente ciertas imágenes y conceptos de diferentes autores; por ejemplo, pedimos prestado parte del título, pero asignándole una diferente connotación a la dada por su autor. De ante mano, pedimos permiso por estas libertades, que esperamos queden aclaradas con el desarrollo del informe.

II.- Contenidos.
II.1.- Niño loco-niño lobo
Reflexionar acerca de la naturaleza de lo humano y distinguir tajantemente entre el estado de naturaleza y el estado de cultura, parecería ser una contradicción insalvable. ¿Dónde termina la naturaleza?, ¿dónde comienza la cultura?, ¿hasta dónde somos lobos?, ¿hasta dónde somos humanos? El caso de Víctor de Aveyron es paradigmático desde este punto de vista: él es pensado por J. Itard como niño loco (humano) más que como lobo niño (animal), ya que, como señala Lévi–Strauss, en “apariencia la oposición entre comportamiento humano y comportamiento animal proporciona la más notable ilustración de la antinomia entre la cultura y la naturaleza” (8). Sin embargo, esta distinción nunca es tajante, pues “la cultura no está ni simplemente yuxtapuesta ni simplemente superpuesta a la vida. En un sentido la sustituye; en otro, la utiliza y la transforma para realizar una síntesis de nuevo orden”(9). Se trata de un proceso dialéctico, de un salto cualitativo. También para la historia de la Psiquiatría.

Esta discusión, a lo largo de la historia de las ciencias sociales, se ha materializado en diferentes binomios conceptuales; por nombrar sólo algunos: naturaleza/cultura; innato/adquirido; genético/social; instinto/ambiente; reflejo/aprendizaje; fijismo/evolucionismo; necesario/potencial... lobo/hombre. Y ha devenido en múltiples disciplinas, aquí queremos mencionar sólo cuatro: filosofía – sociología – antropología y psicología.

i) Filosofía. Desde los Clásicos (Platón, Aristóteles), pasando por los empiristas ingleses (Hobbes, Newton, Locke, Hume), los racionalistas (Descartes, Spinoza), los ilustrados franceses, etc. han discutido sobre el tema. Nos interesa destacar a dos autores, por su influencia sobre Itard y su tratamiento: C. Helvetius que en su libro Del`home, asume las ideas de Aristóteles y Locke: la mente humana es una página en blanco, por lo tanto, las diferencias entre los hombres se deben a factores de aprendizaje, es decir, ambientales, por lo tanto, esto implica que la educación es el medio por excelencia para hacer progresar a la humanidad. Socializando el sentimiento de lo justo o de lo injusto como cimiento del orden social. (10)

J. Rousseau escribe en sus Discursos y en el Emilio (11), el paso del estado de naturaleza al estado de sociedad, planteando el proyecto utópico de regresar al primero sin abandonar el segundo (puesto que abandonarlo es ya imposible). Concluye que la felicidad del hombre natural (buen salvaje) es ya irrecuperable, sí es que alguna vez existió.

Esta polémica filosófica se reaviva por el hallazgo del salvaje de Aveyron a fines del s. XVIII y principio del s XIX.

ii) Sociología. Todo este debate filosófico es enriquecido desde el materialismo histórico por F. Engels, quien postula en 1876, que el trabajo humano en su relación dialéctica con el desarrollo del lenguaje, propiciaron el salto cualitativo de la humanidad, “primero el trabajo, luego con él la palabra articulada, fueron los dos estímulos principales bajo cuya influencia el cerebro del mono se fue transformando gradualmente en cerebro humano”.(12)

iii) Antropología. Lévi-Strauss, desde la Antropología Estructuralista, busca un modelo cultural universal: lenguaje, herramientas, instituciones sociales, y sistemas de valores estéticos, morales y religiosos, llegando a la conclusión que “el doble criterio de la norma y la universalidad proporciona el principio de un análisis ideal que puede permitir (...) aislar los elementos naturales de los elementos culturales que intervienen en la síntesis de orden más complejo. [Sostiene] que todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que esta sujeto a norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y de lo particular”. (13) Sin embargo, sostiene que la prohibición del incesto, presenta los atributos de los dos órdenes excluyentes: “constituye una regla, pero con carácter de universalidad (...) posee la universalidad de las tendencias e instintos y el carácter coercitivo de las leyes e instituciones”. (14) Llegando a la conclusión de que la prohibición del incesto es lo que nos constituye como humanos, marcando la línea divisoria entre humanos y animales (que no poseen filiación). Este orden nos permite situarnos en relación con los objetos sexuales a los cuales accedemos. El incesto es, a la vez, natural y social: instaura la cultura, está en la cultura y es la cultura misma. (15)

iv) Psicología. Freud escribe en 1913, Tótem y Tabú, desarrollando en el cuarto ensayo su hipótesis sobre la horda primitiva y el asesinato del padre primordial, elaborando la teoría que desde ese acto proceden las posteriores instituciones sociales y culturales. Analiza las preguntas referentes a la organización totémica y la prohibición del incesto (exogamia). Utilizando las teorías de Frazer, Darwin, Atkinson, Durkheim y especialmente W. Robertson Smith plantea que el “proceso [mitológico] de la eliminación del padre primordial por la banda de hermanos no podía menos que dejar huellas en la historia de la humanidad” (16), creando así los cimientos de la civilización y la cultura, es decir, la humanidad.

II.2.- Lobo–loco:
Con estos antecedentes a la vista, pasaremos a analizar el caso de Víctor y su relación con J. Itard. Cuando es avistado por los campesinos de Aveyron en 1797 y, posteriormente, capturado en los bosques, en enero de 1800, ¿era humano o estaba en estado de naturaleza?, ¿cuánto de humano había en él, luego de haber sobrevivido durante aproximadamente 7 años en ese ambiente? Una imagen nos acompaña, Víctor se defiende de los perros que le persiguen, logrando dejar herido a uno, parecía un animal más. Este niño, de aproximadamente 12 años, según el examen de Philippe Pinel: no tiene desarrollada la capacidad de lenguaje oral, no logra fijar la atención en un objeto, no posee capacidad de representación (frente al espejo), es insensible al frío, no escucha ruidos fuertes (sonido de la puerta) siendo selectivo con los sonidos que le interesan (nuez), su olfato es indiferente a los perfumes, no demuestra sentimientos. Pinel le diagnostica un déficit orgánico definitivo, es decir, el niño es idiota y probablemente por eso fue abandonado en el bosque.

La postura de Jean Itard, médico jefe del Instituto de Sordomudos de París, es distinta, apela a lo humano en el niño, percibe una falta vinculada más bien al aislamiento social, es decir, una carencia educativa que cree poder salvaguardar mediante una atención pedagógica específica. Recordemos la influencia del filósofo Helvetius sobre su pensamiento. De allí que su tratamiento moral, que de todos modos no se aleja mucho de la práctica del Tratado Médico Filosófico de Pinel, fue una afirmación de la humanidad de Víctor. (17) Siendo considerado el fundador de la Psiquiatría Infantil: Víctor, es el último niño lobo y el primer niño loco. Itard, es el alfa y omega del lobo loco (=psiquiatra).

Tenemos entonces, que Itard apela a lo humano en el niño. Desde el psicoanálisis freudiano podemos señalar que filogenéticamente existe algo de humano en este niño abandonado en el bosque desde muy pequeño. Decíamos antes, que la prohibición del incesto es propio de lo humano, que está inscrito filogenéticamente desde la instauración del tótem. Pero que debe ser traducido a una ontogénesis. De allí la importancia del otro. Itard (junto a la Sra. Guerin), apela, quizás sin darse cuenta, a estas estructuras dormidas, envistiendo libidinalmente a Víctor, por medio de su vínculo pedagógico-paterno, permitiéndole ser otro, reconocerse como otro. Podemos hipotetizar, que hasta el reconocimiento de sí mismo, por medio de las caricias (Víctor pide que le acaricien el rostro) y el desarrollo de la capacidad de representación simbólica (Víctor lleva un pocillo para que se le dé leche; pide que se le cargue en la carretilla) provienen, en parte, de esta circulación libidinal. Víctor es mudo, pero Itard – pedagogo – pretende llevarlo a la palabra. Intentando subsanar por medio de lo simbólico, el vínculo con el medio social que lo envuelve y lo constituye humano. Ya que había sido privado de un medio ambiente humano que lo produzca, introduciéndolo en los simbolismos compartidos por la cultura, el niño no tiene ninguna forma de obtenerlos.

IV.- A modo de inclusión
Volvemos a la pregunta inicial, ¿qué somos? Somos niños-lobos o somos lobos-niños. ¿Qué proceso vivimos? La pasión de convertirnos en lobos–hombres u hombres–lobos aullando en París. La respuesta, como hemos visto, se diluye al tratar de asirla. Parece ser mucho más compleja que una argumentación barata. Una utopía nos alienta (que no será compartida por muchos) tenemos la oportunidad, como especie y personas, de avanzar hacia algo mejor. Una sociedad de donde, como decía Marcuse, la abolición gradual de todo lo que constriña las tendencias pulsionales del hombre y la liberación del poder constructivo del Eros, sea posible. (18)

De todos modos, creemos importante señalar que una visión de hombre (epistemológica, ideas fuerza de una época) está a la base de toda clínica Paidopsiquiátrica. En este sentido, si J. Itard no hubiera visto rasgos humanos en Víctor, su tratamiento no habría tenido las características que generó. Su deseo, como flujo constante, no remitió sólo la carencia o falta, sino que fue una fábrica constructora de realidad. Esta visión de hombre, dibujada en múltiples antinomias es fundamental. Si ponemos atención al binomio necesidad/ posibilidad, podremos pensar un ser humano abierto a múltiples posibilidades, podremos plantear tratamientos en donde el ser esté abierto a sus posibilidades. Quizás seas un sueño de juventud ... el tiempo lo dirá.

Notas:
(1) Cf. Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratrusta. Mestas Ediciones. Madrid. España. 2002, p. 13
(2) De las Transformaciones: Nietzsche plantea 3 : camello – león – niño. Aquí queremos simbolizar al superhombre como la posibilidad del hombre liberado.
(3) Cf. Postel, J. y Quétel, C. (comp.) Historia de la Psiquiatría. Ed. F.C.E. México. 1993, p. 507.
(4) Martín Baró, Ignacio. Acción e Ideología. Editorial UCA. San Salvador. El Salvador, p. 24.
(5) Cf. Marcuse, Herbert. Eros y Civilización. Editorial Joaquín Mortiz, México. 1969, p. 35 (negritas y cursivas son nuestras).
(6) Lang, Jean Louis. Introducción a la Psicopatología Infantil. Dunod, Francia. 1979, p. 3.
(7) Cf. Durkheim, Emile. Reglas del Método Sociológico. Editorial F.C.E. México D.F. México. 1986.
(8) Lévi – Strauss, Claude. Las estructuras elementales del parentesco. Editorial Paidós Básica. Barcelona. España. 1969, p.38.
(9) Idem.
(10) Cf. www. Aulacreativa.org/cineducacion /temapequeñosalvaje
(11) Rousseau, JJ. Discurso sobre las Ciencias y las Artes (1750); Discurso acerca del Origen y los Fundamentos de la Desigualdad entre los Hombres (1753). Academia de Dijon. Emilio, 1762.
(12) Engels, Friedrich. La Familia, la Propiedad Privada y el Estado. Obras Escogidas. Editorial Akal. Madrid. España. 1975.
(13) Lévi Strauss, Claude. Op. Cit. p.41.
(14) Lévi Strauss, Claude. Op. Cit. p. 43.
(15) Cf. Lévi Strauss, Claude. Op. Cit. p. 58-59.
(16) Freud, Sigmund. Tótem y Tabú. Amorrortu Editores. Bs. Aires Argentina, 1996, pp. 135-ss
(17) Postel, J. Op. Cit, p. 510-511
(18) Marcuse, H. Op. Cit. p. 118-ss

V.- Bibliografía.
1.- Durkheim, Emile. Reglas del Método Sociológico. Ed. F.C.E. México D.F. México.1986.
2.- Engels, Friedrich. La Familia, la Sociedad Privada y el Estado. Obras escogidas. Ed. Akal. Madrid. España. 1975.
3.- Freud, Sigmund. Tótem y Tabú. Obras completas. Vol. XIII. Amorrortu Editores. Bs. Aires. Argentina. 2000
4.- Lang, Jean Louis. Introducción a la Psicopatología Infantil. Dunop. Francia. 1979 (apunte de clases)
5.- Lévi-Stauss, Claude. Las Estructuras Elementales del Parentesco. Ed. Paidós Básica. Barcelona. España. 1969.
6.- Marcuse, Herbert. Eros y Civilización. Ed. Joaquín Mortiz. México D.F. México. 1969
7.- Martín Baró, Ignacio. Acción e Ideología: Psicología Social desde Centroamérica. Ed. U.C.A. San Salvador. El Salvador. 1990
8.- Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratrusta. Mestas Ediciones. Madrid. España.2002
9.- Postel, Jacques y Quétel, Claude (comps). Historia de la Psiquiatría. Ed. F.C.E. México D.F. México. 1987
10.- Tejedor, César. Historia de la Filosofía. Ed. C.O.U. Madrid. España. 1997
11.- www.aulacreativa.org/cineducación/temapequeñosalvaje

No hay comentarios:

Publicar un comentario