viernes, 29 de enero de 2010

Psicoanálisis y psicoterapias de orientación analítica. Autor: Sergio Meza O.

Presentación. Tesina, Licenciatura en Psicología.

Para iniciar comenzaremos con el relato de tres acontecimientos. Primero. Durante el año 2006 se conmemoraron 150 años del natalicio de Sigmund Freud. Importante fecha para el ámbito psicoanalítico y de la cultura en general. Sin embargo, es interesante considerar que a diferencia de las celebraciones del centenario, realizadas en 1956, esta vez la festividad fue más sobria y modesta. Incluso da la impresión que el psicoanálisis hubiera “pasado de moda” y quedase reducido a círculos de especialistas, pero más bien alejado de la cultura popular. Es un hecho que da qué pensar. Un dato para la causa. En 1956 se realizaron en todo el mundo importantes debates acerca de la actualidad del pensamiento freudiano y su legado. Uno de ellos fue recopilado por T. Adorno y W. Dirks para las Universidades de Frankfurt y Heidelberg. En estos debates participaron autores de la talla de M. Horkheimer, H. Marcuse, P. Ricoeur, E. Erickson, R. Spitz, M. Balint, E. Krapt, F. Alexander, A. Freud, L. Binswanger, H. Zullinger entre otros. ¿Hemos tenido ahora seminarios para plantear la vigencia y actualidad del pensamiento freudiano con una amplitud de filósofos, sociólogos, psicólogos, psiquiatras como aquellos? Incluso actualmente algunos autores “psicoanalistas”, generalmente del ámbito norteamericano, dentro del contexto de todas las crisis posmodernas hablan también de la “crisis del psicoanálisis”. Y ante esta crisis vuelven los ojos a las psicoterapias de orientación psicoanalítica. Lo más significativo es que este argumento fue planteado, nada más y nada menos, por uno de los expresidentes de la International Psychoanalytical Association (IPA), Robert Wallerstein (1997).

El segundo acontecimiento se refiere al relato de una anécdota. En parte de su correspondencia, Karl Abraham le pregunta a Freud, no sin dejo de admiración hacia el maestro, ¿cómo hace para escribir y además tener tiempo para atender a sus pacientes? Ante lo cual él responde, casi en tono de confesión: “es muy simple: tengo que descansar del psicoanálisis mediante el trabajo, de lo contrario no podría soportarlo” (citado en Hornstein, 1993:23). Esto nos faculta suponer que, en cierto sentido, el ejercicio de la escritura permite escapar de esa prisión de certezas y ambigüedades que se puede constituir la práctica clínica. Permite alejarse, mirar el bosque, abstraer y teorizar.

Tercer hecho. En Francia el año 2003 el entonces vicepresidente de la Unión por un Movimiento Popular, (UMP, coalición de centro-derecha creada el 2002 para dar apoyo a la candidatura presidencial de J. Chirac), M. Bernard Accoyer presentó a la Cámara de Diputados una enmienda de la Ley de Salud Pública en pos de reglamentar el ejercicio de las psicoterapias y del psicoanálisis. Este hecho generó una serie de movimientos de protestas desde los psicoanalistas y nuevas disposiciones por parte del Ministerio de Salud francés. Entonces, sin lugar a dudas, este ha sido un tema bastante debatido y contingente, en especial en la actualidad europea. Pero, ¿qué pasa en nuestro país?

La intención de la presente tesina es proponer una reflexión centrada en nuestra realidad. Su propósito es discutir en torno a la relación entre psicoanálisis & psicoterapias de orientación psicoanalítica. Polémica relación, sin lugar a dudas, la que ha sido latamente debatida a lo largo de años y décadas. Y precisamente por eso, a medida que hemos profundizado en el tema, han aparecido sus complejidades, los múltiples entrecruzamientos teóricos-técnicos producidos a lo largo de la historia, y, por lo tanto, de sus variadas posibilidades de estudio. Lo interesante de este proceso de investigación es que, mientras ahondamos en el examen de las distintas alternativas de psicoterapia de orientación psicoanalítica, también comprendimos que se trata de un tema dentro de otro más abarcativo. Es decir, la relación entre psicoanálisis y la psicoterapia en general. Por ello que comenzaremos con este tema.

En este sentido consideramos necesario iniciar planteando algunas declaraciones de principios respecto a las principales orientaciones y opciones que sustentan el enfoque de análisis de la tesina.

Primera opción. Pensamos que es incorrecto plantear el estudio de la relación entre psicoanálisis & psicoterapia psicoanalítica a secas, en abstracto y desde allí sacar conclusiones, como si ambos términos fueran unívocos. Sino que es más riguroso señalar que el encuadre de la reflexión intenta mostrar un campo problemático de fuerzas, que es amplio y dinámico. Esto implica tratar de dar cuenta de las distintas formas de abordaje y trazar un mapa de posiciones sobre el tema. Ya que –según nuestro punto de vista- desde el enfrentamiento de estos diferentes posicionamientos se puede explicar toda la fundamentación retórica -teórica y técnica- de las psicoterapias psicoanalíticas, su relación con el psicoanálisis y su legalidad. Ya que cada una argumenta su legitimidad, pero lo hace desde una posición que está en discusión con otras.

En concreto, nuestra hipótesis de trabajo es la siguiente: Básicamente, existen tres formas posibles desde las cuales puede ser analizado la relación entre psicoanálisis y psicoterapia de orientación psicoanalítica.

[1] Quienes argumentan que no existe el psicoanálisis, sino que existen los psicoanálisis y desde alguna de esas escuelas, (específicamente, la Escuela de Chicago, la Escuela de Nueva York, la Psicología del Yo) se fue produciendo un paso, una especie de evolución, un desarrollo hacia los distintos modelos de las psicoterapias de orientación analítica. Quienes sostienen esta posición, generalmente, argumentan que es necesario y posible realizar una clara demarcación entre los tipos de psicoanálisis y los distintos modelos de psicoterapia psicoanalítica siendo ambas prácticas igualmente legítimas.
[2] Por otro lado, se encuentran quienes argumentan que no existen distintos tipos de psicoanálisis, sino que existe sólo un psicoanálisis, el psicoanálisis freudiano, desarrollado legítimamente en algunas orientaciones que no se desvían de los principios fundamentales propuestos por Freud. Por lo tanto, desde esta perspectiva no existen tipos de psicoanálisis ni tampoco existe un paso legítimo del psicoanálisis hacia múltiples modelos de psicoterapia. Estos autores también proclaman que es necesaria y posible una clara demarcación entre el psicoanálisis y estas formas de psicoterapia. Ya que psicoanálisis y psicoterapias se diferencian radicalmente y, desde este punto de vista, la expresión “hago terapia de orientación psicoanalítica”, es una contradicción lógica, porque se mueven en coordenadas diferentes.
[3] Finalmente, quienes sostienen de que no es posible realizar una demarcación radical entre psicoanálisis & psicoterapia psicoanalítica, sino que más bien la práctica psicoanalítica es una especie de abanico o arco iris en donde en un polo estaría ubicado el psicoanálisis más clásico y en el otro polo estarían ubicadas las formas de psicoterapias breves de orientación psicoanalítica más heterodoxas. Por ello, es imposible la delimitación siendo consideradas todas las prácticas como igualmente legítimas.

Lo interesante de estas distintas posturas es que tienen consecuencias y efectos en varios ámbitos, no sólo clínicos, sino también epistemológicos, políticos, éticos, entre otros. Es decir, considerar que existe una evolución legítima desde algunas escuelas de psicoanálisis hacia modelos de psicoterapias de orientación psicoanalítica es muy diferente a considerar que éstas son una derivación de la desviación. Por eso, y en base a esta categorización, consideramos fundamental realizar un esfuerzo de delimitación conceptual entre (el o los) psicoanálisis y la(s) terapia(s) de orientación analítica. Señalando criterios de legitimidad de ambas praxis.

Segunda opción. En función de lo planteado, el enfoque de la tesina no es realizar una reseña de cada uno de los modelos de psicoterapia de orientación analítica y su relación con el (los) psicoanálisis. Trabajo que nos excede, pues implicaría considerar a una innumerable cantidad de autores, teorías y conceptos que las fundamentan. Así como tampoco se realizará sólo una enumeración descriptiva de las diferencias y semejanzas entre psicoanálisis & las psicoterapias psicoanalíticas, labor que por lo demás ya ha sido realizada en varias ocasiones (e.g., Pinkus, 1984; Knobel, 1987; Florenzano, 1991; Braier, 1999). Puesto que, según nuestro punto de vista, este análisis no es del todo correcto, porque no señala contra qué tipo de psicoanálisis se contrasta a estos modelos de psicoterapia de orientación analítica.

También queremos dejar claro que no deseamos entrar en el estudio de la relación entre el psicoanálisis y otras formas de psicoterapias, como por ejemplo, la conductista, cognitiva, cognitiva conductual, sistémica, humanista, etc. Conocemos también que existe una amplia propagación de modelos de psicoterapia breve, dentro de la terapia sistémica. A pesar de que algunos fueron desarrollados por autores influidos por conceptos psicoanalíticos, por ejemplo Murray Bowen -quien estudió psicoanálisis en la Fundación Menninger- no podemos ampliar la exposición hasta ellos, ya que -como es obvio- el análisis se extendería más de la cuenta y se saldría de los marcos y objetivos propuestos en la tesina.

Tercera opción. La siguiente orientación del trabajo consiste en ubicar el tema dentro de un marco histórico mayor. Pensamos que este contexto histórico nos permite comprender los distintos posicionamientos, como síntomas de una época, ya que el marco interpretativo de los distintos autores está condicionado, en gran medida por su ubicación dentro de un marco histórico y cultural. Y dentro de este encuadre histórico hemos considerado algunos hitos teóricos y técnicos como fundamentales para entender el paso (legítimo) o la desviación (espuria) del psicoanálisis a la implantación y desarrollo de diferentes modelos de psicoterapia psicoanalítica. Por ende, y siguiendo esta línea argumentativa, nos parece interesante realizar una investigación que apunte a develar de dónde proviene la conmutación psicoanálisis/psicoterapia psicoanalítica. Es decir, cuáles son los fundamentos teóricos, ubicados históricamente, de esta bifurcación técnica.

Desde allí es posible ilustrar cómo las ideas fuerza de las distintas escuelas de psicoanálisis y los variados modelos de psicoterapia psicoanalítica han intentado dar una respuesta (¿legítima o ilegítima?; ¿correcta o incorrecta?; ¿pertinente o impertinente?) a aspectos complejos y debatidos de la práctica psicoanalítica. En ese sentido es posible de utilizar metodológicamente como un analizador de la historia y de la actualidad del movimiento psicoanalítico. Aspectos de estas cuestiones fueron plantados por el propio Freud y por sus continuadores y siguen siendo motivos de debates el día de hoy. Ello obliga a realizar una mirada histórica que revise los cimientos de la técnica analítica desde Freud hasta el presente. Como señala Hornstein (1993), “abarcar una historia no es tomar partido por una estructura inmutable ni por un caos de acontecimientos aleatorios: es entender tanto lo que permanece como lo que cambia. Las coherencias lo son en tanto pueden resistir a los acontecimientos” (p.11). Álgido tema, ya que la coherencia la pone el narrador sumando lagunas históricas.

Ahora bien, dentro de este devenir histórico -denominado por algunos autores como “teoría de la técnica”- hemos señalado algunas etapas y dentro de ellas ciertos hitos que nos parecen relevantes para entender el camino del psicoanálisis hacia las psicoterapias de orientación psicoanalítica. En consecuencia, reconocemos cuatro etapas, con algunos de sus hitos respectivos:

[1] Primera etapa, los desarrollos técnicos de propio Freud.
[2] Segunda etapa, los aportes técnicos de los postfreudianos. Hitos teóricos relevantes de esta etapa son: la técnica activa de S. Ferenczi y O. Rank; la experiencia emocional correctiva de F. Alexander y T. French (Escuela de Chicago), donde se comienza a hablar de psicoterapia de orientación analítica y los planteos de la Psicología del Yo (Escuela de Nueva York).
[3] Tercera etapa, la formalización y demarcación de la técnica. Hitos relevantes de esta etapa son: a partir de la década de los ’50 se comienza a hablar por parte de la IPA de técnica clásica o cura tipo; se desarrolla la investigación en psicoterapia psicoanalítica de Malan y Balint (Escuela inglesa); existe el aporte latinoamericano sobre el tema (Kesselman, Fiorini, Goldenberg, Braier, etc.). La excomunión de Lacan y sus disputas con la Psicología del Yo.
[4] Cuarta etapa, la polémica actual. Hitos relevantes de esta etapa son: la flexibilidad técnica de la IPA y la polémica entre el psicoanálisis aplicado (lacaniano) v/s la psicoterapia breve de orientación analítica.

Recapitulando. En la Parte I, nos interesa dar cuenta de un campo temático revisando los postulados y problemáticas del psicoanálisis, la psicoterapia; la psicoterapia de orientación analítica y la psicoterapia psicoanalítica breve, hasta llegar a plantear una propuesta de 3 posturas sobre la relación psicoanálisis & psicoterapia psicoanalítica. En la Parte II, se realizará la revisión de las distintas etapas de la técnica psicoanalítica para poder reconocer donde están los fundamentos teóricos de las psicoterapias de orientación analítica.

Como esperamos vaya quedando claro, lo que deseamos realizar es dar la voz a las distintas posiciones, para poder interrogarlas, tratando de conocer sus puntos de vista, sus argumentos internos, enunciar los lugares de conflicto y los posicionamientos. Es decir, no pretendemos aún tomar postura, definiendo a priori una orientación como más válida, correcta o legítima. Eso lo dejamos para los lectores. Nosotros nos abstendremos al menos hasta el momento de la discusión y las conclusiones, donde daremos cuenta de nuestra opinión sobre el problema y tomaremos postura, tratando de visibilizar las tensiones, las preguntas no contestadas y las consecuencias de tomar partido por uno u otro punto de vista.

Como enunciaba G. Bachelard (1948/1972) “ante todo es necesario saber plantear los problemas. (...). Si no hubo pregunta, no puede haber conocimiento científico. Nada es espontáneo. Nada es dado. Todo se construye” (p.32); invitándonos a romper los obstáculos epistemológicos que impiden el conocimiento científico. No disecamos con cuchillos, señalaba, por su parte, Lacan (1953-1954) en la Apertura al Seminario I, sino con conceptos, los cuales “poseen su orden original de realidad” (p.12). Por tanto, la pregunta de investigación de la presente tesina es: ¿cuáles han sido las distintas formas de abordaje que ha tenido la disyuntiva psicoanálisis y psicoterapia psicoanalítica? Para dar respuesta a esta interrogante se hace necesario plantear algunos objetivos:
[a] Estudiar la relación entre psicoanálisis y las psicoterapias psicoanalíticas, identificando las diferentes posturas que se han propuesto al respecto y sus argumentos internos.
[b] Ubicar la evolución de la técnica psicoanalítica en su contexto histórico institucional, identificando distintas etapas desde el psicoanálisis freudiano hasta las modalidades de psicoterapia de orientación analítica contemporáneas.
[c] Revisar cuál es la fundamentación teórica y técnica de las psicoterapias breves de orientación psicoanalítica.

Una vez planteado el problema de investigación y sus objetivos, consideramos oportuno señalar la motivación y relevancia del tema. Ésta surge a partir de la práctica terapéutica dentro de un Equipo de Salud Mental en un consultorio de un sector urbano-popular. Es un hecho que llama la atención –y, al parecer, propio del desarrollo de las sociedades contemporáneas- que los programas de salud mental ocupan un lugar cada vez más importante dentro de los planes de salud pública. Como lo señala A. Aroca (2006), en Chile existe un período que se extiende desde 1852 -con la apertura de la Casa de Locos de Yungay- hasta la década de 1980, donde el objetivo principal de la salud pública fue el aumento de la cobertura hospitalaria de la población. Este énfasis cambió a partir de los ’90 con los gobiernos de la Concertación, y especialmente a partir de 1993, cuando comienza a ponerse en acción el Plan Nacional de Salud Mental y Psiquiatría en el que se señala:
Los cambios demográficos, la efectividad y cobertura de los sistemas de salud, el deterioro del medio ambiente y, sin duda, las condiciones de la vida moderna, especialmente en las grandes ciudades, son algunos de los factores asociados al hecho de que las enfermedades mentales hayan llegado a ser - junto a los accidentes y las enfermedades crónicas – uno de los grandes desafíos sanitarios para las próximas décadas. (2000, Introducción, Párr.1)

En este contexto, los equipos de salud mental, conformados por duplas psicosociales, son expuestos a una creciente demanda de atención, que le ha ido otorgando un progresivo protagonismo al trabajo de los(as) psicólogos(as). Sin embargo, junto con esta inserción y crecimiento en la demanda psicoterapéutica, también se ha producido desde la década de los ‘90 una modificación en la evaluación de las alternativas de salud (Brodsky, 2006). Se trata de lo que se ha denominado el paradigma de la Medicina basada en la evidencia, el cual centra su foco fundamentalmente en la medición de la eficacia, instalando como nunca antes la preocupación por la relación costo-beneficio y la efectividad de las alternativas terapéuticas. Este modelo que ha recibido críticas sustanciosas (e.g., Ortega y Cayuela, 2002) se basa en 3 fundamentos: mundialización de la información; sustitución de la creencia por la prueba e introducción de la complejidad de las variables a considerar para una decisión correcta (Brodsky, 2006).

Lo que nos interesa recalcar es que este paradigma tiene una influencia directa en la práctica terapéutica de los equipos de salud mental. Ahora a los psicólogos se les exige la invocación a un saber establecido que funciona como garante de su praxis, en donde se hace indispensable el uso de manuales de diagnóstico y de tratamiento (DSM, CIE), mientras que el proceso de toma de decisiones sobre los pacientes queda reducido a un mecanismo tecnocrático. Y es en esta búsqueda de alternativas de tratamiento acordes a las exigencias del medio, en donde la opción por psicoterapias breves toma fuerza. Es decir, tratamientos limitados en el tiempo, por tanto, más baratos y posibles de evaluar cuantitativamente. Es por esto, que consideramos relevante para la disciplina analizar cuáles son las bases teóricas y técnicas de las psicoterapias breves de orientación analítica, las cuales son ocupadas sin mucha reflexión y, muchas veces, de forma bastante mecánica en los organismos de salud pública.

Lo cierto es que el ámbito de la salud mental y la terapéutica es todo un campo inmenso que da pie a la posibilidad de innumerables análisis. Esta investigación comienza desde este ámbito, porque es este el contexto donde se desarrollan las psicoterapias breves y, más puntualmente, las psicoterapias breves de orientación analítica. Ese fue el punto de partida del estudio y se espera que también sea el punto de llegada en la discusión final.

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